EL VIEJO
Los años han nublado mi cansada vista, el rudo esfuerzo del campo secaron mis brazos juveniles y fuertes pero con todo y eso recuerdo a mi mujer, era tan hermosa que no podría olvidarla aunque quisiera con su color de marfil tan bella era que todos en el pueblo me envidiaban por haberla conquistado pero a mi no me importaba solo quería estar con ella trabajaba duro para ella, vivía para ella, y ella vivía para sí. Corría el año del 64 cuando nos conocimos en las tierras altas de san miguel, hay yo la vi por primera ves mientras lavaba la ropa en el riachuelo que corría por los prados, sentada sobre sus piernas tallaba con énfasis las rocas con sus desgastadas prendas, todo en ella era un espectáculo pero, no me podía yo a atrever siquiera a acercármele como, si yo era mayor que ella por 10 años, yo ya era un hombre y ella una niña de escasos 11 años de edad pero eso no impidió que cada tarde la buscara en el río, nos aviamos vuelto cómplices silenciosos ella no savia de mi y yo la idolatraba en silencio desde mi escondite tras los arbustos, así paso un tiempo asta que hubo la oportunidad de conocer a su padre viejo pero conocedor de la belleza de su hija hay fue donde decidí jugármela y aposté todas mis pertenencias todo lo que asta ese momento mi padre me avía heredado, se lo jugué por la mano de su hija en una pelea de gallos mi diablo negro contra su ángel blanco, mi gallo era muy bragado, entrenado desde que nació mostró habilidades particulares no era como los demás, él peleaba siempre asta con sus hermanos, mato a varios era el diablo mismo y Cenobio mi caballerango de aquel entonces se avía dado a la tarea de educarlo para que fuera el mejor solo, una ves previa lo avía metido al ruedo pero avía sido muy rápida la pelea en el primer vuelo le clavo los espolones en el pecho al giro aquel y no tuve tiempo de saber que tan bueno era p’a pelear pero confiaba en Cenobio y su sabiduría con los gallos por otra parte sabíamos que el ángel avía ya salido victorioso de muchas peleas rápidas y certeras desde el primer momento clavaba su espolón en el contrario y así ganaba sin mas, preparamos todo para esa misma tarde, yo ya no podía esperar mas y como se acostumbraba en aquel entonces en ese rancho solo entramos él y yo Cenobio se quedo afuera en espera del resultado, picoteamos a los gallos amarramos los espolones, probamos las navajas y estábamos listos, dejamos que se conocieran un par de beses y los soltamos ambos volaron alto muy alto pero no pudieron alcanzarse con los espolones cayeron y abalanzándose el ángel sobre mi diablo le comenzó a picotear un ala, yo comenzaba a gritar desesperado que se defendiera, que no fuera a perder y pareció que me entendió por que dando un gran brinco hacia atrás se alejo del peligro y dando otro veloz brinco al frente logro alcanzar el cuello del ángel, herido de muerte comenzó a retroceder lentamente pero pasado ese momento de desatino y presintiendo su fin busco la venganza que cualquier guerrero anhela, llevarse consigo a su verdugo clavo el espolón en la ala izquierda del diablo y este comenzó a cacaraquear tan fuertemente que se volvió insoportable aquel sonido, tanto era su dolor o tal ves se sentía tonto al haberse dejado alcanzar por un moribundo pero, busco rápida rengaza y pisando al ángel comenzó a picotearlo sin piedad, tal era la intensidad de la lucha que por un momento olvide el motivo por el cual estábamos hay, y solo pensaba en el buen espectáculo que estábamos presenciando no se como. aun no entiendo como paso, pero mi negro resbalo y dejo un momento libre de su peso al ángel que rápidamente y herido como estaba se incorporo y se abalanzo contra el diablo picoteándole el cuello aquello era una verdadera masacre y yo comenzaba a dar gritos tales que ahora me avergüenzo por que seguro que se escuchaban asta el pueblo, por otro lado, él no dejaba de dar ánimos a su gallo diciéndole que continuara que todo estaría bien que el lo cuidaría y sanaría sus heridas que solo tenia que ganar esta ves que solo esta ves y prometía dejarlo libre y no volverlo a húsar jamás yo vagamente escuchaba, estaba tan absorto en mi gallo veía como brincote avahan pero de un momento de tan ardua lucha paso a la calma ambos gallos quedaron de pie uno frente a otro mirándose y sangrando abundantemente tanto como un gallo puede sangrar y quedamos en un momento de silencio total sabíamos que ganaría el gallo que permaneciera mas tiempo de pie por que ambos estaban demasiado agotados para continuar la batalla pero extrañamente ninguno cedía por momentos agachaban la cabeza como venciéndose ante la muerte pero regresaban y altivos erguían sus cuellos y era tan traumante verlos morir lentamente que, acercándonos ambos decidimos que quedaría en empate y cogiendo a nuestro gallo corrimos hacia donde pudiéramos atenderlos, después de todo avían echo lo imposible por nosotros y no pensaba dejarlo morir y, mi caballerango viendo al pobre gallo maltrecho pero vivo pregunto si avía ganado a lo que me limite a mirarlo sin expresión y regresar a mis tareas, al día siguiente fui a buscar al señor para ver como podíamos arreglar esa deuda ya que nadie avía ganado y el pensó que la mejor solución era permitirme cortejar a su hija en secreto y si en un momento ella aceptaba por propia voluntad quedarse con migo, yo tendría que dar una dote a su padre que fuera bastante generosa así ambos estaríamos parejos yo gustoso acepte.
II
De ese momento paso un tiempo razonable en el cual yo dedicaba mi tiempo a escribir cartas de amor a la dama, cosa bastante chistosa por que siendo una niña presentaba características de una señorita, ya con conocimientos de la vida y los hombres pero, a mi no me importaba eso, yo solo quería que ella me aceptara y, me propuse hacer todo lo posible, en cada oportunidad le regalaba rosas o le daba cualquier cantidad de regalos; anillos, collares, gargantillas, pulseras, aretes finos. Paso así un tiempo razonable después del cual ella comenzó a dar muestras de cariño para con migo, y eso a mí me tenia todo alocado por que me guiñaba el ojo cuando pasaba, o daba un comentario despistado a sus amigas al verme, sabiendo que yo escucharía, y como imaginas conseguí mi propósito y me case con ella al cumplir sus 15 años, creo que no pude esperar mas, cada día que pasaba yo veía que ella era mas hermosa, aun de lo que recordaba haberla visto por primera ves, dios le regalaba una excelente madures de sus miembros femeninos, yo en cambio trabajaba duro mis hectáreas siempre estaban con cosecha y platicaba mucho con ella y con su viejo padre ahora mi suegro me contaba historias de la revolución y como avía hecho su fortuna de encontrar un tesoro enterrado, a mi eso siempre me pareció chistoso por que como era posible que un muerto te dijera que cavaras en un cierto lugar y que encontrarías el tesoro pero pues según el así fue y yo no le ponía en duda su credibilidad después de todo era viejo y merecía mi respeto.
Una noche estando yo dormido comencé a escuchar gritos y ladridos y me levante rápidamente a ver que pasaba y agarrando mi escopeta corrí hacia donde se escuchaba el ruido y cual fue mi sorpresa al ver a una mujer peleando contra un perro que era él más feo y feroz que yo allá visto en mi vida sus rojos ojos hacían sé su presencia un escalofrió en tu espina.
Corrí a ayudarla, cuando estuve cerca de ellos apunte mi escopeta y apunte al perro por suerte del primer disparo atine en su cabeza, callo abatido por el disparo, en ese momento la mujer volteo a verme y juro por todo lo sagrado que lo que vi no era una figura humana, un esqueleto encarnado me miraba con esa mirada que asta el día de hoy me da pavor recordar, era una mirada que no tiene fin que no tiene expresión tan vacía y tan tétrica y me dijo, gracias, e ganado esta batalla comenzada décadas atrás y, comenzó a contarme una historia tan irracional que en ese momento no comprendí, me dijo que hace muchos años el perro había sido una gran bruja que avía matado a muchas de las personas que vivan en su pueblo natal y que ella conocedora de las artes mágicas fue encomendada a exterminarla y, preparando una emboscada para la bruja logro aprisionarla en ese cuerpo infernal pero ella avía fallado por que lanzo una maldición antes de perder el habla, y su maldición decía que ninguno de la villa podría sobrevivir a su venganza y que para su verdugo le depararía la eterna vida atrapada en ese cuerpo horrendo, ella savia que la única forma de romper ese hechizo era matarla, pero no pudo hacerlo antes de que toda su gente pereciera y ahora lo hacia por venganza, pero, en ese momento comenzó su metamorfosis, comenzó a oscurecerse el cielo de tal manera que no podía ver ni mis propias manos, aun acercándomelas al rostro, y una llama roja como jamás e visto otra comenzó a arder hay donde estaba ese esqueleto viviente y comenzó ella a quemarse en esa flama, yo me asuste pero no podía moverme de donde estaba y no creas que era por un poder demoníaco o algo así era por mi morbosa tendencia a saber más.
Ella salió de aquellas llamas como una mujer joven y bella y me dijo que una recompensa me daria por haberla ayudado, y señalándome una hoja me dijo escribe hay lo que quieras y te lo concederé pero, ten en cuenta que debes ser muy especifico al escribir tú deseo, si no te resultara perjuicial, yo moví la cabeza aceptando y solo la vi desaparecer entre el humo, y volteando a ver a ese perro descubrí que ya no estaba el cadáver, pensé que ella se lo abría llevado y regrese a mi hogar con aquel pergamino. Sin comentar nada a nadie de lo ocurrido paso un año tranquilo, puedo decir que un excelente año por que mi amor por mi esposa era inmenso y me la pasaba demostrándoselo a cada instante.
III
Era invierno y no tenia mucho que hacer, las cosechas las avía recogido desde hacia ya un par de meses y era tiempo de dejar reposar la tierra, y mi esposa estaba como siempre en el bacón de la casa mirando hacia el horizonte esperando a que atardeciera le fascinaba ver el ocaso desde hay, yo estaba mirando la tele como todas las tardes con mi taza de café y mi cigarro, era un momento de paz que me gustaba tener. De pronto los perros que teníamos comenzaron a portarse inquietos acercándose hacia mí y después gruñendo hacia la puerta, yo me espante por que ante mis ojos comenzó a pasar aquella noche tétrica que no avía dejado en paz mi sueño y con paso intranquilo me dirigí a donde estaba mi esposa y me quede hay asta que fue hora de dormir. Y como aquella noche comenzaron a ladrar los perros pero lo más extraño es que nadie pareció escuchar el escándalo que estaban armando me levante con miedo agarre mi escopeta y salí hacia la calle.
Ente mis ojos estaba una señora anciana de aspecto extraño, me miro unos instantes tras los cuales comenzó a acercarse con paso tranquilo pero firme hacia mí y estando a medio metro de mí comenzó a hablar y dijo así:
Hola té e estado buscando desde hace ya mucho tiempo me costo tanto encontrarte que pensé que nunca lo aria, yo soy Akhara sacerdotisa de la orden de la media noche y e venido ante ti para acecinarte por haber ayudado a nuestra enemiga a la cual aviamos maldecido con esa figura y con esa fiera que la perseguiría por toda la eternidad, tú lo mataste y tú tendrás que tomar su lugar en la persecución de nuestra enemiga. No podía decir nada estaba tan asustado con lo que me avía dicho que no savia que hacer, y entonces ella me pidió que hablara y como por arte de magia comencé a contarle toda la historia tal cual me avía ocurrido en aquella ocasión y ella escuchaba atentamente lo ocurrido y al termino de mi relato bajo la cabeza un par de minutos y después me miro fijamente a los ojos y me dijo que yo no avía tenido la culpa que no savia que avía echo pero que aun así tenia que pagar de alguna manera y que la vida de uno de los suyos se cobraba con la vida de algún ser querido para mi. Fue entoses cuando palidecí por que reaccione y advertí que yo lo único que quería en este mundo era a mi esposa y que no permitiría que anda le ocurriera. Al salir de mi letargo mire hacia donde Akhara se encontraba y ya no pude verla, corrí hacia mi casa y encontré a mi esposa recostada en la cama pero la encontré sin vida y un olor a rosas cubría todo el lugar, comencé a llorar, y durante varios días no deje de hacerlo.
El funeral fue una semana después, yo no podía pensar solamente estaba hay de cuerpo presente pero mi espíritu y mi alma estaba tan distantes que nadie pudo cruzar alguna palabra con migo.
Después de una semana del sepelio recordé aquel papel que me avían dado y pensé que si ella avía dicho la verdad por lo menos en eso tenia una oportunidad y comencé a escribir sin pensar exactamente lo que hacia.
E cometido un error, pedí que regresara a mí, mi esposa.
Hoy comprendo que todas las cosas se deben de pensar antes de hacerlas.
Regreso...
¡Es tan horrenda!¡Es un ente encarnado!
No pensé lo que hacia y ella a tomado el lugar de aquélla mujer que rescatara, ahora sé que Akhara y su orden buscan y detienen a las fuerzas demoníacas y que los resucitados ya no son lo que eran en vida si no que son poseídos por infinidad de demonios que ocupan sus cuerpos para hacer el mal en la tierra y ellas con sus perros tienen una de las únicas maneras de contenerlos.
Prohibí el descanso eterno a la única mujer que amaba y ahora solo espero mi propia muerte para intentar salvarla desde el otro lado del portal. ¡Dios que sea posible! La amo tanto y por mi amor ahora esta así lo siento mucho ya no puedo seguir contándote la historia amigo estoy cansado muy cansado...